La caída del cabello constituye, hoy en día, una de las mayores preocupaciones estéticas de los ciudadanos de las sociedades avanzadas, pero también hay que tener en cuenta que esta calvicie puede representar la manifestación externa de otras enfermedades. Por lo tanto, hay que conceder importancia a estos síntomas, tanto en el caso de que se quieran limitar sus consecuencias estéticas como en un contexto de evaluación de enfermedades que también puedan producir la caída del pelo.
Como en otros procesos relacionados con el ámbito médico, la detección precoz se ha revelado como clave, ya que puede favorecer un mayor éxito de los tratamientos. En este sentido, hay que prestar atención al volumen de la caída del cabello. Observar una mayor caída del pelo en la almohada o ducha puede significar una señal de alarma. Asimismo, si se ha comprobado una menor densidad capilar en ciertas zonas de la cabeza, también es posible que se esté manifestando una incipiente calvicie. El rango de edad comprendido entre los 20 y 30 años ya puede, en algunos casos, estar asociado a la caída del cabello, por lo que no conviene demorar la aplicación de soluciones.
En todo caso, siempre hay que contrastar estos indicios con los profesionales especializados en dermatología y especialidades capilares.Ellos están capacitados para diagnosticar si se está desarrollando una calvicie y sugerencias de tratamiento.
De hecho, estos especialistas tienen conocimientos para interpretar si el ciclo de caída del pelo y renovación se está desarrollando correctamente. En caso negativo, deberán identificar qué tipo de alopecia se está produciendo. Por ejemplo, la alopecia nerviosa se caracteriza por una elevada caída del cabello, la cual se debe a desequilibrios emocionales o estrés. En este caso, poner freno a estas causas se revela como determinante, de cara a detener esta alopecia. Por otra parte, la alopecia areata se manifiesta en forma de parches de calvicie. También es posible que la caída del pelo se esté produciendo por una falta de higiene, problemas dermatológicos, existencia de grasa y caspa o influencia de enfermedades de cierta gravedad. Por último, también cabe determinar si la caída del cabello se debe a la alopecia más común, es decir, la alopecia androgenética. En estos casos, existe una tendencia hereditaria a la caída del pelo, pero es posible minimizar sus efectos. Se manifiesta en las entradas y la coronilla, en los hombres; y en la parte superior de la cabeza, en las mujeres.
Como se ha comentado, cabe la posibilidad de limitar y retrasar los efectos más agudos de este tipo de calvicie.